
Alguna vez he editado un post sobre Villalpando y Cerecinos de Campo, dos pueblos de la provincia de Zamora, (España) como así también de una pequeña localidad del norte del Uruguay
Hoy quiero presentarles a “Colmenar (del) Viejo” un pueblo del Norte de la provincia de Madrid, España.
Ángeles Gutierrez, colega de “el blog de angeles”, me hizo llegar vía e-mail la historia de este pueblo que adoptó para vivir a partir de 1983 cuando apenas tenía 2.500 habitantes. Por lo que cuenta Ángeles y las fotos que vi es realmente un paraíso mil veces envidiable aunque parece ser que, por la cercanía con Madrid, el caudal de viviendas y nuevos habitantes está perdiendo el encanto de la tranquilidad.
El relato de Ángeles…
Cuando yo llegue a este pueblo era pequeño, un pueblo lleno de belleza y a pesar de estar muy cerca de Madrid Capital, donde nací y siempre viví hasta 1983, conserva su aire de pueblo de los años 1950.
Néstor, este pueblo tiene restos arqueológicos de los celtas, de los visigodos, y fue muy importante en la edad media. El marques de Santillana dueño de las tierras en las que ahora están mas de 30 pueblos, trató a este con un cariño especial, en el mandó construir una Iglesia que hace unos dos años nombraron catedral, en sus alrededores el conde tenía las cuadras, las porquerizas, los campos de cultivo, en esos poblados vivían los que cultivaban las huertas muy ricas y los distintos animales, cerdos, vacas, toros bravos, caballos etc., y así nacieron los pueblos de Porquerizas hoy llamado Soto del Real a 7 Km . de Colmenar Viejo, Manzanares del Real donde hay un precioso castillo de la familia de Mendoza, o Miraflores de la Sierra bello pueblo de gentes adineradas y que aún sigue siendo de gentes de dinero, Guadalix de la Sierra y otros todos bellísimos, llenos de cigüeñas todas sus torres de las iglesias, llenos de calles estrechas y de recuerdos del pasado.
Colmenar Viejo nace en los tiempos prehistóricos por los trashumantes de las colmenas. Iban plantándolas en las zonas en que la flor estaba más abierta para que las abejas tuvieran alimento suficiente y llenaran enseguida los panales de su miel. Así llegaron un pequeño grupo de personas mayores con sus colmenas y en esta zona donde hay muchísima flor de la Jara ( preciosa planta que echa unas flores blancas muy hermosas y que es muy pringosa aunque a las abejas las vuelve locas, las puedes ver en algunas de las fotos de mi álbum), donde también hay mucho tomillo, romero, por ser monte bajo, les pareció una buen sitio para quedarse y así lo hicieron, se quedaron poco a poco para siempre, y así nació un pequeño poblado que poco a poco se fue quedando enclavado al pie de la montaña y que se llamaba y se llama Colmenar del Viejo aunque ahora le hayan quitado la preposición “del”, en recuerdo del viejo que trajo a esta zona sus colmenas….
Estos ciudadanos de entonces vivían de la actividad agropecuaria, sobre todo el cultivo de cereales y la cría de ganado lanar, cabrio y vacuno hasta que en el siglo XIX se define por el ganado de reses bravas y hortícolas. Hasta hace unos 30 años en el pueblo se seguían hacíendo las matanzas y aprovechaban todo para alimento y pieles. El día de la matanza del cerdo o de los corderos era un poco la fiesta de todos los que estaban unidos a la familia que lo hacía y tenían de todo para todo el año: jamón serrano, lomos, chorizos, salchichón, morcillas sangre, etc.
Esta zona ha sido siempre muy rica, los ciudadanos vivían de las grandes huertas, de las ganaderías sobre todo de reses bravas que luego se llevan a las corridas de toros de todo el país, aquí estaban las principales ganaderías bravas de España y aunque aún siguen muchas, algunas de las más importantes desaparecieron en la guerra civil y otras se han ido uniendo para superar las graves crisis económicas de los años 1950-1970.
Una curiosidad: este territorio como sus alrededores fue causa de disputas entre dos provincias: Madrid y Segovia, por su situación al sur de la sierra de Guadarrama, hasta que en el año 1268 el Rey Alfonso X le dio el nombre de “Real de Manzanares”, luego se suceden varios dueños como propietarios de títulos nobiliarios y disputas y al fin Juan I de Castilla se lo dona a su Mayordomo Mayor Don Pedro González de Mendoza que fue para siempre señor y dueños de media provincia de Madrid donde hoy son más que 50 pueblos, pero que luego se queda con esta amplia zona del norte donde nos encontramos.