sábado, 29 de marzo de 2008

SAN MARTIN NORTE - COLONIA DOLORES (DOS PUEBLOS ORIGINARIOS - última parte)


El pueblo actual de Colonia Dolores se encuentra a 8 km. de Gobernador Crespo, Departamento San Justo, en la provincia de Santa Fe. La planta urbana, se encuentra ubicada en una loma de las primeras depresiones topográficas de las que continúan hasta el arroyo Saladillo Amargo. El 95 % de la población es descendiente de nativos aborígenes mocovíes, habitantes originales de la región.
Sobre la antigua línea de fronteras, que desde Fortín Capibara, Fortín Ñanducita, Fortín Belgrano, Fortín San Martín Norte y Pueblo San Javier, a unas 30 leguas al norte de la ciudad de Santa Fe, frente al Cantón de San Martín Norte y en la margen izquierda del Cayastá, riacho afluente del Saladillo Amargo, los padres franciscanos Fray Bernardo Arana y Gerónimo Marchetti, fundan el pueblo de Nuestra Señora de los Dolores, en el mismo sitios de la antigua reducción de los charrúas, Cayastá Grande, fundada por los padres franciscanos en el siglo XVIII.

Esta población se trasladó al actual sitio que ocupa San Martín Norte, quedando en el lugar una parte de las tolderías, dando así origen a este pueblo de Colonia Dolores. La primera vivienda de material se construyó en 1889, consistiendo en un salón donde se oficiaban los actos religiosos y una habitación contigua para el descanso del padre franciscano. Durante el período en que desarrolló su tarea evangelizadora Fray Buenaventura Giuliani, 1904, (el cura que vendía terrenos en el cielo) se edificó la capilla, otras habitaciones anexas, una herrería y carpintería para la atención de las herramientas de colonos e indígenas

Mariano Cabal, Gobernador de Santa Fe, les otorga a los aborígenes la posesión de una superficie de 2 leguas de frente por 2 leguas de fondo, en el sector que hoy ocupa el área de Colonia Dolores y parte de San Martín Norte. Estas tierras fueron escrituradas el 25 de setiembre de 1872, pero mas tarde los aborígenes serían despojados de sus tierras por comerciantes y particulares sin mediación del gobierno de turno.

El pueblo de San Martín Norte, distante 160 kilómetros al nordeste de la ciudad de Santa Fe, pueblo largamente centenario le viene bien la frase de que el tiempo sabe detenerse de vez en cuando en ciertos lugares. Esto se da en esta vieja población.


Un verdadero placer fue recorrer sus desoladas calles, sus viejas casas y su imponente iglesia, frente a la plaza pública. Una antigua vecina, ya octogenaria nos dio valiosa información oral, que conforma la verdadera tradición del pueblo.

Y Colonia Dolores, ubicada a pocos kilómetros al sur de San Martín Norte, donde también tuvimos interesantes contactos con su gente, todos de ascendencia indígena incluido su presidenta comunal.

Un poco de historia
En el año 1867 el Ejército establece el fortín, llamado por entonces Cayastá Viejo, que posteriormente, toma el nombre de Cantón San Martín. En este punto -dice Roselli- los padres franciscanos Bernardo Arana y Gerónimo Marchetti fundaron la misión de Nuestra Señora de los Dolores, con la indiada del cacique Mariano Salteño que, el padre Hermete Constanzi -en arriesgada expedición al desierto- había reducido dos años antes. El sitio elegido -agrega- correspondía al que ocupó la antigua reducción de los charrúas (Cayastá Grande), que los padres franciscanos fundaron en el siglo XVIII.
El gobierno provincial destinó un área de cuatro leguas al norte del Arroyo Cayastá para la fundación de la colonia aborigen quedando a cargo de la nueva colonia los padres Arana y Marchetti.

La fundación, que podemos llamar oficial, pues la colonia existía de hecho desde el año anterior, tuvo lugar en 1870. El documento original, extraído del archivo de la parroquia, dice textualmente: «El 23 de junio de 1870 se fundó la Misión en el Cantón San Martín, pueblo de Dolores.

Y el 24 de julio y en el mes de diciembre de 1869 en el mismo rincón se bautizaron indios de la gente del cacique Mariano.

Cuando visitamos Colonia Dolores, charlamos largo y tendido con los pobladores, en total 50 familias. Hasta la fecha -según sus dichos- nada se ha podido conseguir luego de más de 100 años. Otros nos contaron que por razones económicas, -angustiosas épocas de hambre-, los aborígenes fueron perdiendo los pocos derechos que tenían sobre esas tierras, enajenando las mismas a postores oportunistas, que luego -imaginamos- habrán reclamado la posesión treintañal. Lo cierto del caso es que, la mísera población, dueña de todas y más tierras de la región, a la fecha, no posee ni el terreno donde ha levantado sus ranchos. Ha recibido promesas en tiempos electorales, sin cumplirse las mismas. Algunos viven hoy del escaso fruto de sus huertas; otros, levantando el algodón o trabajan en los desmontes. Pero no bajan la guardia. Trabajan todos, sin excepción, en una magnífica comunidad espiritual esperando que algún gobernante con sensibilidad y altura de miras le devuelva la tierra que siempre les perteneciera.Por su parte, los vecinos de San Martín Norte, se quejan igualmente del abandono en que se encuentra el pueblo, por falta de ayuda de las autoridades.
Es lamentable que dos pueblos, como San Martín Norte y Colonia Dolores, tan nuestros y tan apegados a nuestra historia, estén tan olvidados.
Foto; monumento por la reivindicación de los derechos del aborigen, ciudad de San Javier, Santa Fe.

lunes, 17 de marzo de 2008

San Matín Norte y Colonia Dolores (dos pueblos originarios)


La integración de América Latina al mercado mundial

Durante el siglo XIX y como consecuencia de la Revolución Industrial tomó forma un sistema de economía mundial basado en la división internacional del trabajo. La división internacional del trabajo preveía la especialización productiva entre países productores de manufacturas (aquellos que habían avanzado en el desarrollo industrial, como Inglaterra, Francia, Alemania, EEUU...) y países productores de materias primas (en particular los de América latina como la Argentina, Brasil, Chile, Perú...)

Entre 1880 y 1914, la economía Argentina se integró plenamente al mercado mundial como país importador de manufacturas (primero telas y luego locomotoras, herramientas, carbón, todo tipo de bienes de hierro, etc.) y exportador de materias primas (primero de lana y luego carnes y cereales. La demanda de los países industrializados de nuevos productos de los países productores de materias primas, como insumos para sus industrias y alimento para su población, facilitaron la organización de la economía Argentina, dentro del esquema de la división internacional del trabajo como complemento de la economía industrial europea, particularmente la inglesa.

La consolidación de un modelo de desarrollo basado en la exportación de materias primas requería de la conformación de un mercado de tierras, un mercado de trabajo y de un mercado de capitales. Las tierras eran necesarias para producir las materias primas que el mercado mundial requería; la fuerza de trabajo era indispensable para elaborarlas; y los capitales para construir la infraestructura social básica, entre ellas, un nuevo sistema de transporte que vincule a un menor costo los lugares de producción con los puertos.

El mercado de tierras se conformó con las tierras expropiadas (rapiñadas para otros) a los indígenas durante la campaña del desierto, el mercado de trabajo con la mano de obra nativa y la fuerza de trabajo inmigrante, y el mercado de capitales con la radicación de inversiones extranjeras provenientes mayoritariamente de Gran Bretaña, y en menor medida, de Francia, Alemania y los Estados Unidos.

Hacia la definitiva conquista...

Tiempos primitivos en el litoral argentino
Desde los primitivos tiempos anteriores al descubrimiento y a la conquista española, aquella otrora extensa llanura del Litoral argentino, (entre otras centro norte de la provincia de Santa Fe) tierra fértil, de pastos nutritivos, buena madera y de importantes ríos, arroyos y bañados que lo hacían aptos para la agricultura, la ganadería y obviamente la industria de la madera, estaba poblada por varias y vastas parcialidades de originarios, entre ellas abipones, timbúes, pilagá y mocoretáes que formaban parte de la gran familia Guaycurú y los mocovíes, calchines, chaná, etc. que pertenecían a la familia de los Guaraní.

Como decíamos, la Argentina, embarcada en su nuevo rol en la economía mundial necesitaba de toda la tierra para crear las condiciones óptimas para la elaboración de las materias primas que exportaría a los países de Europa y EE. UU en pleno desarrollo industrial.

La estrategia se dividía en dos tácticas: la extensión de las fronteras provinciales (lo que significaba la expulsión de los pueblos originarios) y el consiguiente emplazamiento de colonias agrícolas las cuales serían pobladas por agricultores emigrantes de varias partes de Europa.
Hacia mediados del siglo XIX, el gobierno de la provincia de Santa Fe con apoyo militar de la Nación, comenzaba este proceso que costó la vida de cientos de miles de aborígenes que no se entregaban sin antes presentar batalla en defensa de lo que legítimamente les pertenecía: la tierra.
Mapa de la República Argentina.
Nota: el color verde marca el territorio de la provincia de Santa Fe.
el norte es la parte superior del mapa.





miércoles, 12 de marzo de 2008

TIEMPOS DE PREMIOS


Convencido de que una de las cosas agradables de compartir en los blogs son los premios, procedo a hacerlo. unas líneas (Lima, Perú) me ha entregado el Premio Dardo 2008 que se abre paso entre un gran elenco de Premios de reconocido prestigio en el mundo de la literatura, y con el reconoce los valores que cada blogger muestra cada día en su empeño por transmitir valores culturales, éticos, literarios, personal, etc..., que en suma, demuestra su creatividad a través de su pensamiento vivo que está y permanece, innato entre sus letras, entre sus palabras rotas".

El premio debe acoger en su interior a un mínimo de 15 bloggers.

Debo reconocer que en los anteriores premios recibidos no cumplí con el reglamento del premio otorgado que consistía en nominar otros bloggers... pero no fue por una actitud egoísta de mi parte, sino que en su momento me pareció injusto tener que dejar colegas fuera de este galardón. Hoy entiendo que no pasa por una decisión de marginar a nadie sino de seguir una cadena muy agradable que consiste solo en eso: compartir una alegría.

Y estos son mis nominados a recibir este premio:
peon de brega
desde-cuba
mi rimel azul
luna de diciembre
el ancla
con otro tumba'o
princesa_de aquel viejo reino perdido
con perfume de mujer
susurros en el silencio
una mirada al mundo de graciela
mito o realidad
romantica
unas líneas
l'angolo di pulcinella
mi milonga de negro
Un fuerte abrazo a todos.


sábado, 8 de marzo de 2008

INTRODUCCION A DOS PUEBLOS ORIGINARIOS (VI PARTE)




LAS RESISTENCIAS A LA REFORMA

Las reformas realizadas por los Borbones en la administración y el gobierno de sus colonias originaron nuevas dificultades para España. En las colonias creció el descontento social a causa de la arbitrariedad de los gobernantes españoles y el excesivo aumento de los impuestos. La excesiva tributación exigida por los Borbones generó expresiones de descontento y levantamientos indígenas y mestizos en distintas regiones de los territorios virreinales.

La tea que dejo encendida...
En 1808, la invasión napoleónica a España, y el desplazamiento de Carlos IV y su hijo Fernando VII a manos de José Bonaparte, originó levantamientos de criollos en las ciudades de Chuquisaca y La Paz. Estos grupos de criollos impulsaron –como sucedía en el territorio español- la formación de juntas de gobiernos que se consideraban depositarias de la soberanía hasta el regreso del rey prisionero de Napoleón. Estas acciones estuvieron relacionadas con las rivalidades entre criollos y peninsulares que se habían ido acentuando a lo largo del siglo XVIII, ante la imposibilidad de los primeros de hacer carrera en la administración burocrática colonial. La rebelión fue duramente reprimida y sus líderes decapitados.
En 1808, los criollos no se propusieron emanciparse de España. Sus principales demandas eran una mayor participación en los cargos de gobierno y la libertad de comercio. La negativa de la metrópoli radicalizó movimientos posteriores hacia la independencia política.

Los comuneros
En 1781, en Nueva Granada, estalló un alzamiento de “comuneros”: pequeños agricultores que se rebelaron contra los excesivos tributos exigidos por las autoridades coloniales. La rebelión de los comuneros terminó con la ejecución de sus líderes.

Tupac Amaro
En 1780, grupos indígenas y mestizos del Virreinato del Perú liderados por José Gabriel Condorcanqui, quien había adoptado el nombre de Tupac Amaru II, protagonizaron un levantamiento contra la explotación a la que eran sometidos y por la supresión de nuevos impuestos. El levantamiento fue reprimido y su líder Condorcanqui torturado y decapitado en la Plaza del Cuzco.

LA SOCIEDAD COLONIAL
Desde el siglo XVI, en las colonias españolas se registró un fuerte proceso de mestizaje. Los distintos grupos que integraban la sociedad colonial –indígenas americanos, blancos europeos, negros africanos- se fueron mezclando como producto de la unión de personas que tenían distintos orígenes étnicos. Las personas que nacían de estas uniones fueron consideradas como integrantes de grupos que recibían el nombre general de castas. Los más numerosos de estos grupos fueron –según el nombre que recibían en la época- el de los mestizos –nacidos de la unión entre español e indígena– y el de los zambos –nacidos de la unión de negro e indígena– y, en menor medida, el de los mulatos –nacidos de la unión de un español y un negro.

Estratificación
El grupo de mayor poder económico y político fue el de los españoles, integrados por los descendientes de los primeros conquistadores y colonizadores. En este grupo, a su vez, se diferenciaban los españoles peninsulares, nacidos en España, y los españoles americanos o criollos, que eran los hijos de los peninsulares nacidos en América. Los peninsulares y los criollos se distinguían de otros grupos sociales por el color blanco de su piel. En el siglo XVIII, sobre 17 millones de habitantes, algo más de 3 millones eran blancos y, entre estos, sólo 150.000 eran peninsulares.
El grupo social más numeroso era el de los indígenas. Los indígenas eran la mayoría de la población en los virreinatos del Perú y Nueva España; en cambio su número era menor en Chile, el Río de la Plata y Venezuela.
Los esclavos negros eran nativos africanos que habían sido traídos desde África para ser utilizado como mano de obra esclava en las haciendas y en las plantaciones azucareras, de cacao o tabaco.
A fines del siglo XVIII, el grupo de los criollos más ricos –propietarios de minas, hacendados, comerciantes, letrados, algunos eclesiásticos- adquirió cada vez más peso en al sociedad colonial. Las leyes de Indias impedían a los criollos ocupar cargos de gobierno. Sin embargo, muchos de ellos (sobre todo los más ricos) pudieron acceder al gobierno cuando la corona, con el propósito de recaudar dinero, puso en venta cargos públicos. A fines del siglo XVII, los cargos de oidores en las Audiencias, fueron comprados, en su mayor parte, por miembros de las elites criollas.

Documentos
En una sociedad en la que las prerrogativas sociales se determinaban decrecientemente en función de la pigmentación de la piel, los estamentos más altos entre los grupos de sangre mezcladas (castas) correspondían a las combinaciones raciales donde predominaba el componente blanco. De este modo, los hijos de un blanco y una india (mestizos) estaban por encima de los concebidos entre un blanco y una negra (mulatos) o entre un negro y una india (zambos).

“...La mujer indígena, recibida, buscada u obligada al amor español, mejoró con él su situación social, superando la que tenía en su grupo avasallado. […] el hecho mismo de vivir con el conquistador de manera permanente o transitoria no significó una sanción vergonzante ni un repudio de su propio grupo. Pronto supo la india que los hijos habidos con el español mejoraban ostensiblemente la condición del indígena. […] Sus hijos de piel más blanca eran siempre una aproximación al mundo del dominador”. […]

Salas, Alberto. Crónica florida del mestizaje, hombres y cosas de estas Indias. Buenos Aires, Losada, 1960.
Figuras: mulato, mestizo, zambo.-









miércoles, 5 de marzo de 2008

INTRODUCCION A DOS PUEBLOS ORIGINARIOS (V PARTE)



Documentos:
El requerimiento y la guerra justa
El requerimiento era un documento que debía ser leído y traducido a la lengua de los naturales de India antes de iniciar cualquier acto bélico contra ellos. En el se intentaba explicar a los indios los principios cristianos de la creación del mundo y del hombre, al tiempo que se les informaba que, por la intermediación del Papa, las tierras e islas que ellos mismos ocupaban con todo lo que “en ellas hay” pertenecían a los Reyes católicos y a sus sucesores.
El requerimiento concluía induciendo a los indígenas a convertirse al cristianismo y a aceptar la autoridad soberana de los reyes hispanos. La no aceptación de los términos establecidos en el requerimiento confería derechos a los españoles de declararle la guerra y someterlos al yugo (sujeción) y obediencia de la iglesia Católica y la corona española.
“...Así son las naciones bárbaras e inhumanas, extrañas a la vida civil y a las costumbres pacíficas. Y siempre será justo y conforme al derecho natural que estas gentes estén sometidas al imperio de príncipes y de naciones más civilizadas y humanas, de manera que, gracias a la virtud de estos últimos y a la prudencia de sus leyes, abandonen la barbarie y se conformen a una vida más humana y al culto de la virtud. Y si rechazan este imperio, se les puede imponer por medio de las armas y esta guerra será justa así como lo declara el derecho natural... En conclusión: es justo, normal y conforme a la ley natural que los hombres probos, inteligentes, virtuosos y humanos dominen a todos los que no tienen estas virtudes...”.
Sepúlveda, Gines, dialogum de justis belli causis
[…] que esta guerra sea injusta se demuestra, en primer lugar, teniendo en cuenta que ninguna guerra es justa si no hay alguna causa para declararla […] esta guerra es inicua, y la razón es que daña la piedad referente a Dios. […] es, finalmente, una guerra tiránica. Primero, porque es violenta y cruel, y se hace sin haber culpa ni causa […]. Segundo, porque anteponen su propia utilidad particular y temporal, cosa que es propia de los tiranos, al bien común y universal, es decir al honor divino y a la salvación y vida espiritual y temporal de innumerables personas y pueblos […].
Bartolomé de Las Casas“De único vocationis modo omnium gentium ad veram religionem”
“...Después de acabadas las guerras y muertos en ellas todos los hombres, quedando comúnmente los mancebos y mujeres y niños, repartiéronlos entre sí, dando a uno treinta, a otro cuarenta, a otro ciento y doscientos según la gracia que cada uno alcanzaba con el tirano mayor, que decían gobernador, y así repartidos a cada cristiano, […] (para) que los enseñase en las cosas de la fe católica, siendo comúnmente todos ellos idiotas y hombres crueles, avarísimos y viciosos […] el cuidado que de ellos tuvieron fue enviar los hombres a las minas a sacar oro […] y las mujeres ponían en las estancias, a cavar las labranzas y cultivar la tierra, trabajo para hombres muy fuertes y recios.
No daban a los unos ni a los otros de comer sino hierbas y cosas que no tenían substancias, secábaseles la leche de las tetas a las mujeres paridas, y así murieron en breve todas las criaturas, y por estar los maridos apartados, que nunca veían a las mujeres, cesó entre ellos la generación, murieron ellos en las minas de trabajo y hambre y ellas en las estancias o granjas de lo mismo; y así se acabaron tanta y tales multitudes de gente de aquella isla y así se pudieran haber acabado todas las del mundo...”
Bartolomé de las Casas. Brevísima relación de la destrucción de las Indias. (1552)
LAS REFORMAS BORBONICAS
Como los territorios de los virreinatos de Nueva España y del Perú eran muy extensos y difíciles de defender y administrar, se establecieron dos nuevos virreinatos y dos nuevas capitanías.El virreinato de Nueva Granada (1739) con capital en Bogota y el virreinato del Río de la Plata (1776) con capital en Buenos Aires. La capitanía de Venezuela (1777) y la capitanía de Chile (1778) que se sumaron a las existentes de Cuba y Guatemala.
Las reformas administrativas
La creación del virreinato del río de la Plata fue producto del interés de la corona por mejorar la administración de sus colonias americanas.Las reformas político-administrativas fueron pensadas para neutralizar las aspiraciones expansivas y el activo contrabando que los portugueses realizaban desde el margen oriental del río de la Plata; racionalizar el funcionamiento de la burocracia imperial mejorando los mecanismos de recaudación fiscal; y debilitar el intercambio comercial que las colonias realizaban con terceros países promoviendo un intercambio más fluido entre España y las Indias mediante la apertura de nuevos puertos. (reglamento de libre comercio).
Virreinato del Río de la Plata
La corona española se propuso llevar adelante reformas administrativas que posibilitaran al poder real ejercer su autoridad de manera más efectiva en todo el territorio colonial. La creación del virreinato del Río de la Plata, mediante la subdivisión del inmenso territorio del virreinato del Perú, era una medida que apuntaba en ese sentido. Lo mismo que el reemplazo del antiguo sistema de gobernaciones por el sistema de intendencias en el que se subdividían los nuevos virreinatos.
El virreinato del Río de la Plata, creado a instancia de la corona española en 1776, abarcaba las actuales repúblicas de Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y sur de Brasil, y fue dividido administrativamente en ocho intendencias (la intendencia de Buenos Aires, Salta del Tucumán, Córdoba del Tucumán, Potosí, Chuquisaca, La Paz, Cochabamba y Paraguay) y cuatro gobernaciones militares (la gobernación de Montevideo, Moxos, Chiquitos y Misiones).
Las intendencias constituían unidades administrativas menores en los que se subdividían los virreinatos. El “intendente”, máximo responsable de las intendencias, era nombrado directamente por el rey. Se trataba de un funcionario de carrera procedente de España que no tenía vínculos con los habitantes de la colonia a la que llegaban parta ejercer el gobierno.
Las reformas impulsadas por la Corona también se propusieron agilizar el comercio entre España y las Indias, lo que no significaba eliminar el sistema de monopolio sino hacerlo más efectivo. El objetivo era lograr que el intercambio se fortaleciera e incrementara para garantizar el abastecimiento de las colonias y evitar de esa manera que el mercado hispanoamericano sea capturado por otros países. El reglamento de Comercio Libre de España a Indias sancionado por la Corona en 1778, significó la sustitución del sistema de puerto único en favor de un comercio más fluido entre los principales puertos de las colonias americanas y la península, que comenzó a efectuarse por medio de buques aislados. Los famosos Navíos sueltos o Navíos de registros que partían de cualquier época del año y unían 13 puertos peninsulares con 24 puertos americanos.
El reglamento de Comercio Libre de España a Indias al establecer nuevos puertos y nuevos vínculos entre la metrópoli y sus colonias, modificó las antiguas rutas comerciales. Las rutas comerciales que, desde el istmo de Panamá bajaban por el pacífico hasta el puerto de El Callao y desde ahí al Perú y por el Alto Perú hacia el Río de la Plata, menguaron en importancia como consecuencia de la apertura de nuevos puertos en el atlántico (Montevideo, Buenos Aires) que fueron habilitados para comerciar directamente con la península.
La Reforma Judicial
Las reformas también intentaron agilizar el funcionamiento de la justicia mediante la creación de nuevas Audiencias y una política de traslados y retiros que acabó con el predominio de los criollos en los altos tribunales. De esta manera se conformó una burocracia judicial, cuya autonomía con respecto a la sociedad colonial (al igual que la burocracia administrativa) estará dada por su procedencia peninsular.
fOTOS:
Mapa del Virreinato del Río de la Plata, 1783
Bartolomé de las Casas

sábado, 1 de marzo de 2008

INTRODUCCION A DOS PUEBLOS ORIGINARIOS (IV PARTE)


El COMERCIO COLONIAL
Las autoridades españolas organizaron el comercio con sus colonias imponiendo un riguroso monopolio comercial. De acuerdo con este sistema únicamente las colonias podían intercambiar bienes con España. Legalmente les estaba prohibido realizar intercambios de bienes entre si y con otros países europeos. Mediante este sistema España trataba de disponer exclusivamente de las riquezas americanas evitando la participación de potencias rivales en el comercio colonial.
El sistema comercial español contempló un esquema de puertos únicos.
Las mercaderías destinadas a abastecer el consumo de las poblaciones americanas se embarcaban en un solo puerto: primero, el de Sevilla; más tarde, el de Cádiz. El transporte se realizaba en flotas de barcos mercantes que hacían la travesía protegido por barcos de guerra, los galeones, cuyo objetivo era evitar el asalto de los barcos piratas. La flota (que partía dos veces al año, en los meses de enero y agosto respectivamente) llegaba al Caribe y allí se separaba: algunas embarcaciones iban a Veracruz (México) y la Habana (Cuba), mientras que otras se dirigían a Cartagena (Colombia) y Portobelo (Panamá). Luego las mercaderías eran transportadas por vía terrestre hasta el pacífico, donde eran embarcadas hasta el puerto del El Callao (Perú). Las mismas eran acopiadas por los comerciantes limeños y posteriormente distribuidas por el interior del Virreinato, desde el Alto Perú hasta el río de la Plata.
El monopolio comercial, establecido por la corona española con el objeto de impedir la participación de las demás potencias europeas en el intercambio con sus colonias, no pudo superar el obstáculo de las distancias. Las mercancías europeas tardaban meses en llegar desde Veracruz y Portobelo hasta los puntos más alejados de los dominios españoles en el norte y el sur del continente, y su precio resultaba encarecido por los impuestos y el transporte que debían abonar. El resultado fue la aparición del contrabando cuya práctica se difundió ampliamente en las colonias españolas.

La minería de plata
La minería de plata fue la actividad económica fundamental en la época colonial y, por lo tanto, la principal fuente de ingresos de la Corona española, que recibía un quinto de todos los metales que se extraían en América. Los principales yacimientos de plata se descubrieron en Zacatecas (México) y en San Luis de Potosí (Alto Peru).
La organización de la economía indiana en torno a los centros mineros dará lugar al desarrollo de economías periféricas o satélites que orientarán su producción en función de los requerimientos de ese polo de desarrollo. Parte del actual territorio argentino, incluidas las misiones Jesuíticas, orientaron sus actividades productivas en función de las necesidades del mercado Potosino. La producción de yerba, algodón, azúcar del noreste; la ganadería (especialmente mulas) del Litoral; la producción de vinos, aguardiente, frutas secas de Cuyo; los textiles, manufacturas y artesanías del noroeste; la construcción de carretas en Tucumán; la industria artesanal y textil de Córdoba se orientaban a satisfacer las demandas del mercado surgido como producto de la explotación minera en el Alto Perú.

SISTEMAS DE TRABAJO
La fuerza de trabajo indígena fue la preferentemente utilizada por los españoles no sólo en la explotación minera, sino también en la producción de alimentos, provisión de servicios, etc. Entre las distintas formas que adquirió la explotación de la fuerza de trabajo indígena podemos mencionar a la encomienda, la mita y el yanaconazgo.

La encomienda
“Sin indios no hay indias”, solía decirse en el siglo XVI. Desvanecida la quimera de los tesoros escondidos, sólo quedaba la posibilidad de organizar en el Nuevo Mundo una sociedad señorial, como la europea, construida sobre la base del trabajo indígena. Los blancos vivían separados de los aborígenes, pero, a la vez, los necesitaban como mano de obra. Si bien los españoles aceptaban que los indígenas eran seres humanos, pensaban que, como los niños, no eran responsables de sus actos y, por lo tanto, debían ser “encomendados” al cuidado de otros. Por esa vía se justificó su sometimiento a una forma de servidumbre –la “encomienda”– y los conquistadores se transformaron en “encomenderos”. De acuerdo a esta institución, lo españoles tenían la obligación de instruir a los indios encomendados en la fe católica y de proveerle los recurso necesarios para vivir dignamente. A cambio, la Corona les reconocía el derecho de recibir tributos de los indígenas, en dinero, en especie (alimentos, tejidos, etc.) o en trabajo (construcción de casas, cultivo de tierras o cualquier otro servicio). Las disposiciones legales fueron letra muerta y la explotación del indígena fue la constante.

La Mita
La mita era un sistema de trabajo incaico en la que los varones adultos de cada poblado estaban obligados a trabajar –en forma rotativa- durante un determinado período de tiempo en tareas comunitarias. Los españoles mantuvieron este sistema de servicio personal pero le cambiaron su sentido originario: forzaron a los indígenas a prestar trabajo en las minas y en los cultivos. Las durísimas condiciones de trabajo y la sobreexplotación a la que fueron sometidos, provocaron una gran mortandad entre los mitayos e indujeron, a los demás indígenas, a huir de las encomiendas para evitar el reclutamiento.
El yanaconazgo
El yanaconazgo era otra institución de origen incaico que los españoles adoptaron durante el período colonial. Los propietarios de haciendas o estancias (españoles venidos a América luego de la conquista y que por no haber participado de ella no disponían al igual que los encomenderos del trabajo gratuito de los indígenas) empleaban como mano de obra para el trabajo en sus tierras el servicio personal de los llamados naborías o yanaconas. Se trataba de indígenas afectados generalmente a las actividades agrícolas y sujetos a la tierra a perpetuidad. El producto de su esfuerzo era apropiado por su propietario a cambio del mínimo necesario para su reproducción como fuerza de trabajo. A diferencia de las comunidades de indígenas, los yanaconas estaban exentos del tributo y del servicio de la mita.
Foto. Fortaleza Inca: Machu Pichu (Perú) Lengua Quechua; en español: Cima Vieja.