“LOS DEL PUEBLO OÍMOS AL ÁRBOL CUANDO NOS DICE: TE DI MI CORAZON Y MI SANGRE. GALLARETA NACISTE CON MI MUERTE. SOY EL QUEBRACHO”.
En esta tercera parte de “La Gallareta” queremos hablar de ese gran protagonista de esta apasionante historia que sin su presencia seguramente todo hubiera sido diferente en este parte del norte santafesino: EL QUEBRACHO.
Schinopsis Balansae, Su nombre común "QUEBRACHO" nace de la conjunción de las palabras "quiebra hacha" haciendo alusión a su dureza, la que es capaz, aún, de romper la herramienta con la cual se lo corta. Paaj lo llaman los aborígenes del norte argentino. Otros nombres aborígenes son IBIRÁ-YIIBI – URUNDAY PITA – JALAN. Es nativo del Chaco, extendiéndose al norte de Santa Fe, Formosa, nordeste de Santiago del Estero y Noroeste de Corrientes.
Es un árbol de gran porte, puede alcanzar fácilmente 30 metros de altura y hasta 1,50 metro de diámetro de tronco majestuoso, de lento crecimiento, necesitando de 80 a 100 años para alcanzar de 10 a 18 metros de altura;
El principal recurso que ofrece el quebracho colorado es su relativamente elevado contenido de tanino, codiciada sustancia de múltiples aplicaciones, tanto en la industria del cuero como en la fabricación de colorantes, siendo también aptas para usos medicinales.
“Durante mas 70 años, el quebracho colorado chaqueño ha sido objeto de una explotación desmedida, irracional y abusiva, producto de la descontrolada y ciega ambición del hombre, hábil depredador de todo cuanto nos provee la Naturaleza. Íntimamente vinculada a esta explotación, ubicamos a -La Forestal-, empresa extranjera que ha protagonizado una amarga historia a lo largo de mas de medio siglo de existencia y que ha tenido como escenario, los otrora vastos bosques de quebracho en las provincias de Santa Fe y Chaco, pero que ha repercutido hondamente en toda la Nación, por las consecuencias económicas, sociales y políticas que deparó su dominante poderío” Gastón Gori “La forestal...tragedia del quebracho”1965.
Entre folklore, leyendas y creencias populares
Dentro del folklore del quebracho existe la llamada “sarna” o flechadura. Al cortar la flor y aspirar su aroma, produce inmediatamente hinchazón en todo el cuerpo, con pequeñas erupciones y fuerte escozor que dura varios días. Hay quienes son tan sensibles que con sólo pasar por debajo de un quebracho florecido sienten estos efectos.
Los indígenas ya conocían estos efluvios malignos que expandía el quebracho florecido y tenían ciertas prácticas para evitarlas o curarse: saludaban ceremoniosamente al árbol y colocaban una tortilla de ceniza en la parte más alta del árbol, atada con un hilo colorado, como símbolo de amistad, y le pedían que les saque la enfermedad. En nuestra zona se acostumbra a saludar al quebracho al revés: si es de mañana, le dicen: -Buenas tardes, señor quebracho. Y si es tarde, le dicen buenos días.
Hay una leyenda Indígena que dice el por qué de la “FLECHADURA” de este árbol que se ha convertido en creencia, por lo cual los matacos se negaban a trabajar en los obrajes.
La leyenda dice que el QUEBRACHO era tan perseguido por el hombre que un día se presentó ante Supay en busca de protección. Supay le dijo que era muy difícil evitar la destrucción que produce el hombre para ganar su jornal; pero que le daría el poder de la venganza para castigarlo cuando busca viciosamente la destrucción del árbol. Cada vez que venga con esas intenciones, dejas caer las babas que hoy te doy, las que le producirán unas ronchas muy molestas.
Los españoles de la conquista también conocieron la desagradable enfermedad del paj de los indígenas. Cuenta el padre Lozano en su “Historia de la Conquista del Paraguay, del Río de la Plata y del Tucumán” que la expedición de Diego de Rojas tuvo que sufrir toda clase de penurias. Los castellanos estaban descontentos porque “acostándose a la sombra de ciertos árboles del país la sintieron tan nociva y de tan malignas cualidades, que los hinchaba y deformaba los rostros hasta desfigurarlos.”
Referencias: foto planta del quebracho coloradorelato extraido biblioteca "Tanino".